Lo que pasó en Buenas Migas Médanos no fue una simple remodelación. Fue un antes y un después…
El 1º de octubre de 2025, cuando las persianas bajaron a las 22:00 empezó todo. Con la sucursal vacía, las góndolas sosteniendo apenas su propio peso y el eco del salón como único ruido, arrancó la primera misión: vaciarlo todo.
Heladeras, mostradores y freezers de más de 300 kilos salieron uno por uno, abriendo paso a las máquinas que iban a cambiarlo todo. A partir de ahí, el local dejó de ser supermercado por unas semanas y se convirtió en obra: paredes que caían, techos que se levantaban, pisos convertidos en escombros, estructuras que se rediseñaban… un lienzo en blanco, dueño de nuestra ilusión
Lo que antes era un sueño que yacía en bosquejos de cuadernos, empezó a tomar forma de verdad.La fachada ya no era la misma.
Los espacios tampoco.
La nueva iluminación ordenó todo el salón y cada sector empezó a encontrar su identidad.
En esos días intensos hubo de todo: planificación, improvisación cuando hacía falta, orgullo, cansancio, risas, dudas y un empuje del equipo que sostuvo cada metro de avance.
Hoy Médanos está distinto. Más cómodo, más moderno, más claro, más nuestro…
Esta transformación no fue solo obra; fue una inversión emocional, física y creativa que marca el camino de lo que queremos que sean nuestras sucursales: espacios donde la calidad, la cercanía y la experiencia vayan siempre de la mano.
Ah, y esto recién empieza…
